Nueva York contra Airbnb

mujeres tomando un selfie en el puente de Brooklyn

Nueva York y los Apartamentos turísticos: la regla del todo vale… no vale

  • 13 Octubre 2023

Nueva York, una de las urbes más visitadas cada año, ha impactado al implementar una serie de restricciones significativas que han obligado a plataformas como Airbnb a retirar numerosos apartamentos destinados a estancias cortas, incapaces de cumplir con los nuevos requisitos. Entre ellos, destaca la obligación de que los propietarios ocupen los apartamentos durante las estancias temporales, y la prohibición de cerraduras en las puertas de las habitaciones, lo que hace que la opción de alquilar un apartamento con cierta privacidad bajo la modalidad de alojamiento turístico se convierta de repente en imposible.

La motivación detrás de estas medidas es controlar el turismo masivo en la ciudad, especialmente en áreas específicas donde la oferta (y la demanda) de alojamientos turísticos es tan alta que los turistas prácticamente toman el control de barrios enteros.

Aunque a primera vista podría parecer que esto no es un problema, sino más bien beneficioso debido a la inversión turística en el comercio local y en la ciudad en general, puede tener consecuencias negativas. Tomemos como ejemplo zonas céntricas como el área de Puerta del Sol en Madrid. La presencia de apartamentos turísticos o viviendas de uso turístico hace que sea una opción atractiva para la especulación de inversores que buscan adquirir propiedades para su comercialización turística. Desafortunadamente, esto conlleva un aumento automático en el costo de la vivienda y de la zona, promueve la gentrificación y obliga a la gente local a mudarse a los suburbios.

turistas paseando por el increíble puente de Brooklyn

Considero importante establecer un marco normativo y regulaciones tanto para los apartamentos turísticos (AT) como para las viviendas de uso turístico (VUT). De lo contrario, se perjudica directamente al sector hotelero, que está sujeto a regulaciones específicas, mientras que estos nuevos modelos de alojamiento no lo están. A pesar de que medidas extremas como las de Nueva York, donde los huéspedes deben convivir con los propietarios, pueden parecer excesivas, subrayan la necesidad de regular estas prácticas.

No obstante, la solución neoyorquina puede ser extrema, y creo que la idea de "todo vale" en la oferta de alojamientos a turistas no es sostenible. La competencia directa con el sector hotelero no promueve un turismo de calidad, ya que es difícil garantizar la calidad de los alojamientos ofrecidos por particulares sin una regulación eficaz y completa.

En cualquier caso, la respuesta de Nueva York no es sorprendente, ya que ciudades españolas como Madrid y Barcelona ya han establecido reglas para la convivencia con apartamentos turísticos y viviendas de uso turístico. Barcelona, por ejemplo, ha creado cuatro anillos diferenciados dentro de la ciudad y exige licencias urbanísticas para su comercialización, cumpliendo con varios requisitos técnicos. Sin embargo, la concesión de estas licencias por parte del Ayuntamiento de Barcelona está prácticamente paralizada en la actualidad.

Es crucial revisar el modelo de turismo que queremos ofrecer, especialmente en las grandes ciudades, no solo para fomentar un turismo de calidad, como mencioné anteriormente, sino también para proteger los intereses y la calidad de vida de los residentes, que debe ser el objetivo principal.